Reseña de “El Palacio de la Medianoche”, de Carlos Ruiz Zafón

Título: El Palacio de la Medianoche

Autor: Carlos Ruiz Zafón

Serie: Trilogía de la niebla #2

Género: Misterio juvenil

Publicado en 2010 por la editorial Booket

Tapa dura con sobrecubierta

Páginas: 340

ISBN: 9788408096030

Sinopsis: 

Calcuta, 1932: El corazón de las tinieblas. Un tren en llamas atraviesa la ciudad. Un espectro de fuego siembra el terror en las sombras de la noche. Pero eso no es más que el principio. En la víspera de cumplir 16 años, Ben, Sheere y sus amigos deberán enfrentarse al más terrible y mortífero enigma de la historia de la ciudad de los palacios.

Opinión personal: 

Este libro lo conseguí escarbando por las estanterías de mi novio (sí, ahora cuando vaya a la casa de alguien lo primero que haré será cotillearle las estanterías para llevarme libros prestados). El primer libro de la trilogía de la niebla, El príncipe de la niebla, fue una de las lecturas obligatorias que nos mandaron durante la E.S.O. (en 2º, más concretamente) que me hizo recobrar la fe en que no todos los libros que nos mandaban era pura basura*.

Así pues, cuando vi El Palacio de la Medianoche me dije: “Esto puede ser divertido. Será como volver a tener trece años.”

Nada más lejos de la realidad.

Estoy absolutamente segura de que El príncipe de la niebla es, como poco, cuatro veces mejor (no hace tanto tiempo que me lo releí, no llegará a dos años).

Dejadme que me explique, que para eso estoy aquí, porque tampoco quiero desanimar a nadie de probar suerte con él.

Lo primero de todo: The worst synopsis ever! O puede que no sea la peor, pero que se la podrían haber currado un poquito más, sí. No es que sea engañosa, ni haga spoilers, pero a mí no me convence. Si no hubiera leído antes El príncipe de la niebla creo que nunca me habría decidido a leer este libro.

Segundo punto: El Palacio de la Medianoche – junto con el resto de la trilogía de la niebla – es considerado juvenil. No acabo de ver que el estilo de Ruiz Zafón sea especialmente juvenil, no acaba de transmitirme sensación de cercanía. Tampoco digo que sea difícil de leer, es totalmente apto para lectores que están empezando.

Hechas estas dos primeras aclaraciones personales, voy a ser bastante breve con el resto de mis impresiones.

La historia alterna unas breves partes que nos cuenta uno de los miembros de la Chowbar Society en primera persona a modo de introducciones a la historia en sí. Sinceramente, eso no me ha gustado nada. ¿Por qué? Porque comienza diciendo “empezaré mi historia por el principio” y nos cuenta algo ocurrido cuando él aún no había nacido y que nadie más que los implicados en ese hecho vieron. Error, señor Ruiz Zafón.

Después ya viene la trama. Es interesante, no está nada mal, da sorpresas, tiene el ritmo que caracteriza a las historias que suceden en un par de días. Ahí se lleva un mini-punto de Maka, aunque no podía evitar recordar paralelismos con El príncipe de la niebla.

Nuestro grupo de aventureros protagonistas son los miembros de la Chowbar Society: Ben, Siraj, Isobel, Roshan, Michael, Seth e Ian (a los que después se une un nuevo miembro, pero todo a su tiempo). Son siete jóvenes huérfanos a punto de cumplir los dieciséis años, edad a la que serán devueltos a las calles de Calcuta (la ambientación de la ciudad tampoco me ha parecido nada destacable, pero no voy a meterme con eso).

Durante el transcurso de la acción no me ha dado tiempo de conocerlos, ninguno me ha caído especialmente en gracia y, para mí, simplemente estaban ahí, casi como figurantes. No me han dado la sensación de tener dieciséis años – o los veía muy niños o muy adultos, pero sin término medio.

Por suerte, cuando ya creía que éste iba a ser un libro de esos que pasan con más pena que gloria por entre mis manos, Jawahal – El Malo de la historia – salvó la situación un poco. No ha sido un gran antagonista (y tampoco voy a decir nada más de él) pero os dejo dos de sus frases, que han sido las únicas que consiguieron emocionarme un poco.

-Hay dos cosas en la vida que no puedes elegir, Ben. La primera son tus enemigos. La segunda, tu familia. A veces la diferencia entre unos y otra es difícil de apreciar, pero el tiempo te enseña que, al fin y al cabo, tus cartas siempre podrían haber sido peores. La vida, hijo mío, es como la primera partida de ajedrez. Cuando empiezas a entender cómo se mueven las piezas, ya has perdido.

La matemática es la religión de las gentes con cerebro, por eso tiene tan pocos adeptos.

En resumen: El misterio del libro te tendrá pegado a las páginas los dos días que cuesta leerlo (o el día en la piscina), pero no te va a dar otra cosa que una dosis limitada de entretenimiento.

Me siento un poco nazi, pero este es mi veredicto:

Valoración:

Por ahí arriba he escrito un precioso (*), y eso es porque tal vez hagamos alguna semana o mes dedicado a los libros de lectura obligatoria en el instituto - cuales nos gustaron, cuales odiamos, cuales os mandaron a vosotros... Cosas así.